domingo, 20 de julio de 2014

Leopoldo Panero, el desencanto. PACO HUESCA GARCÍA. Alicante






Leopoldo Panero, el poeta del desencanto 



PACO HUESCA GARCÍA

Programador y empresario cinematográfico

Alicante (Espagne)



"El desencanto" (1976). Jaime Chávarri
Cartel original




"El desencanto" (1976). Jaime Chávarri
Fragmentos de la película




 El poeta de los nueve novísimos, Leopoldo María Panero, le ha dado el beso definitivo a la muerte...




Leopoldo María Panero en una secuencia memorable, reflexionando con una lucidez abrasadora, en la barra de un bar. Fotograma de "El desencanto" (1976) de Jaime Chávarri, película rodada en la clandestinidad en 1974, y estrenada dos años después, muerto Franco



Los estragos de la enfermedad mental y el tiempo en una imagen postrera del sublime poeta Leopoldo María Panero, cuya vida transcurrió en manicomios de toda España



 Un genio que muy pocos pueden comprender, el poeta más lúcido de los últimos 50 años se nos va. Gracias por todo lo que has hecho por nosotros. Con él termina una saga, ya que ninguno de los tres hermanos ha tenido descendencia. Con la muerte de Panero no es la poesía lo que se muere, sino nosotros.








 Este poeta maldito, transgresor y sensible hasta la locura, y que escribió en centros psiquiátricos. Tachado de loco y de genial, los que amamos el cine pudimos ver en 1976 "El desencanto" de Jaime Chávarri, en donde, en blanco y negro, se nos cuentan las reflexiones de la madre, Felicidad Blanc, y sus tres hijos: Leopoldo María, Juan Luis y Michi Panero.






 Producida por Elías Querejeta y con música de Franz Schubert se nos cuenta la biopsia de los Panero. Uno de los experimentos más afortunados del cine español.



Juan Luis Panero, Felicidad Blanc y Michi Panero, en la inauguración en 1974 de la estatua a Leopoldo Panero, padre, en Astorga (León). Leopoldo María Panero es el gran ausente. Fotograma de "El desencanto" (1976) de Jaime Chávarri


 En principio iba a ser un corto en un manicomio, pero fue abortado el intento por instituciones de la época. Chávarri filma un relato sobre la crueldad de las relaciones familiares y el papel de los ausentes. Nunca los trapos sucios de una familia se han hecho públicos con tanta ferocidad y, en cierta manera, tan honestamente.



Fotograma de "El desencanto" (1976) de Jaime Chávarri. Otra secuencia memorable: el mito de la familia perfecta "desmontado". Habla Leopoldo María ante su madre y su hermano menor, Michi.


 Es justo reconocer que "El desencanto" revolucionó nuestra filmografía poco después de la muerte de Franco. Curiosamente fue la última película que sufrió los rigores de la censura tardo-franquista que suprimió las breves alusiones de Leopoldo María Panero y sus experiencias sexuales en la cárcel.




Fotograma de "El desencanto" (1976) de Jaime Chávarri. Leopoldo María Panero, primer plano, fumando.



 Casi veinte años más tarde, en 1994, y ya muerta la madre, retoma el tema Ricardo Franco en "Después de tantos años" en donde los tres hermanos quieren ser verdaderos protagonistas pero sólo consiguen el olvido, la ruina y la desesperanza.






El director Ricardo Franco con los "protagonistas" de su película "Después de tantos años" (1994): Leopoldo María y Michi Panero



"Después de tantos años" (1994) de Ricardo Franco. Escena hacia el final del film, cuando se reencuentran los hermanos Michi y Leopoldo María, y visitan las ruinas de lo que fue casa solariega de la familia Panero en las proximidades de Astorga.




Los hermanos Panero: Juan Luis, Leopoldo María y Michi. Mundos paralelos, que nunca se cruzan. Una saga extinguida











 Una vida atormentada. Un miedo terrible a la muerte. Deja tras de sí una obra marcada por el desencanto y la locura, y sin el Nobel, como él decía en broma. Solía afirmar : "yo escribo porque es lo único importante en mi vida".





Aquí estoy yo, Leopoldo María Panero
hijo de padre borracho
y hermano de un suicida
perseguido por los pájaros y los recuerdos
que me acechan cada mañana
escondidos en matorrales
gritando por que termine la memoria
y el recuerdo se vuelva azul, y gima
rezándole a la nada porque muera.





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